Los modelos de comunicación que aprendimos son, prioritariamente, agresivos (decir las cosas mal) o pasivos (no decir, generalmente por temor). La comunicación asertiva no formó parte de nuestra socialización, por lo que nos toca, de adultos, intencionar su aprendizaje para poder abandonar los modelos ineficaces que utilizamos. Esto es clave para todas las relaciones interpersonales (tanto en el trabajo como en la vida personal), para la resolución efectiva de conflictos, y para el ejercicio de un verdadero liderazgo.
Comunicación asertiva es decir lo que hay que decir, a la persona correcta, en el momento y lugar adecuados, respetando a las partes involucradas.
Consiste, sobre todo, en un cambio en la forma de decir las cosas, más que en un cambio de fondo (mensaje). Cuando cambio la estructura de la frase, también cambio el resultado. En la comunicación agresiva, que es la que más conocemos y utilizamos, las frases suelen iniciar señalando al otro, juzgándole, culpándole, descalificándole o agrediéndole. Las frases asertivas no hacen eso; se expresan en primera persona, lo que elimina el efecto de sentirse señalado, que hace que la gente se ponga a la defensiva y se genere una espiral agresiva.
La comunicación asertiva involucra el hacerme cargo de lo mío; implica estar en contacto con mis emociones para determinar qué estoy sintiendo y expresarlo en primera persona; es decir, asumo lo que es mío y lo expreso de manera adecuada.
Estas son las principales características de la comunicación asertiva:
- Es directa y honesta
- Se expresa en primera persona
- Es oportuna en tiempo y lugar
- Señala el hecho, no a la persona
- Busca generar armonía
- Usa preguntas generadoras, no confrontativas
- Utiliza la escucha activa
- Parte de la empatía
Desarrollar esta competencia es posible, con la metodología adecuada, así que, hagámoslo.
Marlen Montero Solís, Directora Talento Corporativo, 27 de junio de 2023
